Y parecía un día normal, un día cualquiera, un punto cualquiera perteneciente al segmento que va desde el punto N hasta el punto M.
Tomaba esta clase, en esta universidad. Dicen que lo que aprenda aquí me permitirá ser alguien, algún día, tener una familia quizá, hijos a quienes pueda cuidar, una esposa que esté segura a mi lado, una familia que se sienta orgullosa de mí. El futuro tiene potencial... quizá. El presente... el presente está desencajado... quizá sea yo quien no encajo. Para todos, el presente parece ser el mejor tiempo de la vida, risas, despreocupación, jolgorio, ligereza. No soy parte de aquello, me doy cuenta que es por voluntad propia... en parte. No lo podría soportar, yo... no soy así.
Y la ironía: tanto esfuerzo para ser aceptado aquí, pero ¿es éste realmente el camino correcto?
Ella lo hace todo más fácil, ahora la miro, sentada unas bancas frente a mí, ahora me regresa a ver a mí y rápidamente mira nuevamente a la pizarra. Pero esos ojos, esa voz y ese perfume me hacen pensar que, a pesar de lo demás, sí tiene sentido estar aquí ahora.
Hoy es el día, ha llegado la hora de la consagración. Por fin, todo caerá en su sitio. Alivio. Gozo. Euforia. Adrenalina. No dejes que te dominen! Enfócate! No olvides nada. Los paquetes, las cargas, las pistolas, la música. No! La música se queda! La música es finita, los cables estorbarían. Necesitarás todos tus sentidos. Esta vez la música tiene que salir de ti; y será tan bella. Traerá tanta sorpresa. Llegó la hora de hacer cuentas, escoria!
Sabía que no se lo esperarían. Esas estúpidas caras de asombro. No linda, el tiempo de la clemencia fue hasta ayer. Hoy día, de mí solo puedes esperar letalidad. Lo sientes ahora linda? Lo entiendes ahora linda? Toma otro más! Y ahora lo sientes!? Sí linda, ese era el dolor.
Eso fue fácil. Punto uno... visto. Los paquetes y luego por los bufones.
Paquetes depositados. Recarga. Por aquí. Veamos... quien será primero. No importa! es tiempo de fluir. Tú eres la plaga! La Parca! La Huestia! El instrumento, la guadaña, el martillo! "It's time to smash!" Esta puerta. Buen día señoritas, señoritos. Es un glorioso día no es así? No es así!!?
Pero entonces escuché disparos, gritos, gente corriendo en el pasillo, Auxilio! Un loco! Un matón! Calma! Calma! Gritos. Todos se miraban unos a otros. Allá buscaban protección bajo los pupitres, Allá buscaban abrir las ventanas, allá intentaban recoger las pertenencias caídas, allá rezaban y sollozaban. Yo veía todo, pero no hacía nada. Nadie me veía a mí.
Era esta la hora? Resultaría que hoy no iba a ser cualquier día después de todo? Y de repente, la puerta se abrió.
Y el tiempo se congeló. Sí, ahora era el tiempo de prestarle atención. Le había visto antes, alguna vez, nunca sonreía. Tú? Tú, de todas las personas?? Sí... tiene sentido. Su cara y brazos salpicados de sangre. La camiseta húmeda por el sudor, una mueca por boca. Ahora sonreía. Eran esas lágrimas?... La pistola, negra, soldada a la mano. Tienes un propósito. No vamos a poder convencerte con palabras.
Trueno! Disparo!
Parece que sí va a ser un día especial después de todo. Llegó la hora de servir de algo. Río un poco y ella, desde debajo del pupitre, me regresa a ver con esos lindos ojos y esa expresión de no comprender: qué haces sentado ahí todavía, tonto? quieres que te maten?! Sus delicadas manos a los oídos. Otro disparo. Llanto. Bye esposa, futuro. "Prepare!!" alguien grita. Todos me miran. Ja, qué sorpresa! fui yo! Por primera vez tú me miras, ojos angostos, pistola negra.
Ahora quién tiene que arrodillarse, ah?! Inútil! Fuera del camino! Soy el caudal y tú el grano de arena. Ahora eres sólo polvo bajo mi pie... Qué fue eso? Quién dijo eso? Sondea. Él. Él fue. Quién eres muchacho? No importa! Ahora serás barrido también. Conque te mueves muchacho? Hacia mí? Con las manos vacías? Niño tonto! Prueba el metal niño tonto! Dolío? Dolió mucho?? Ja. Nice move niño coladera. Gracias por sorprenderme aún ahora. Ustedes dos, quietos! Tú, atrás! Mierda! Todavía puedo hacer más. Bang! bang! bang! Mierda, pesan! Todavía puedo hacer más... NO! recuerda... no puedes arriesgarte a perder la última palabra. En la boca, como habías planeado.
Punto cuatro... visto. Bang!
Autor: Daniel Ajoy
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