Reseña: Había una vez una princesa, un cuento con pictogramas
El cuento Había una vez una princesa de Graciela Montes, ilustrado por Elena Torres, nos invita a recorrer la historia de una princesa que lo tenía todo: vestidos, zapatos, sombreros, bicicletas, medialunas y hasta un lago con patos. Sin embargo, el lujo no bastaba para calmar su aburrimiento. La princesa probó distintas actividades hasta que descubrió el tejido. Su bufanda de colores creció tanto que llegó al bosque y al campo, donde la gente fue cortando pedacitos para abrigarse en invierno. Finalmente, todos se beneficiaron de su obra y la princesa decidió probar otra afición: la repostería.
Lo particular de este cuento es que muchos personajes y objetos no están escritos como palabras, sino que aparecen representados con pequeños dibujos o pictogramas insertados en el texto. Así, el lector debe ir descifrando la narración combinando palabras con imágenes, lo que convierte la lectura en un juego.
Los cuentos de pictogramas son los cuentos tradicionales en cuyo texto se cambian algunas palabras escritas por dibujos o pictogramas que representan esas palabras. De esta manera el niño que todavía tenga dificultad para leer puede completar las frases al reconocer las imágenes.
¿Por qué son útiles los cuentos con pictogramas?
Este tipo de libros resulta especialmente valioso para los niños que están en proceso de aprender a leer:
Actividades para realizar con el cuento
Los cuentos con pictogramas no solo se leen, también pueden ser el punto de partida para actividades educativas:
En definitiva, Había una vez una princesa no es solo un cuento sobre una princesa que buscaba nuevas pasiones, sino también una herramienta divertida y eficaz para acompañar a los niños en sus primeros pasos hacia la lectura.